Implementando nuevas tecnologías junto a la comunidad
STREAMING. Esa palabra en inglés que hasta hace poco asociábamos con cine, series, música, y las plataformas de entretenimiento, en este año 2021 pareció convertirse en la herramienta perfecta para resolver el problema de la ubicuidad del aula.
Un aula que, aún dividida en burbujas, muy difícilmente aseguraba una asistencia perfecta de estudiantes y docentes, reunidos físicamente en el Colegio, en tiempos de contagios cruzados y ausentismo, lo que dificultaba enormemente la posibilidad de impartir los temas de la cursada con cierta continuidad.
Pero como tantas herramientas que, con muy buenas intenciones, surgieron para mitigar los efectos de la pandemia, no todos estaban preparados para ejecutarlas. Desde el #QuedateEnCasa, cuando no todos tenían una casa adecuada para aislarse, hasta el aula virtual, cuando no todos tenían computadora ni conectividad, de igual manera, no todas las escuelas estaban preparadas para el cambio de paradigma.
Para poder implementar esta herramienta, es necesario contar con ciertas condiciones. En primer lugar, una conectividad de alta calidad en el edificio, capaz de soportar el tráfico de datos de las transmisiones en vivo simultáneas. Luego, un sistema de audio video comandado por una computadora en cada aula al que se suma un equipo de filmación y micrófonos, un verdadero sistema multimedia. Y por supuesto, que del otro lado de la red, quienes se unen a la experiencia cuenten con sus respectivos equipos y conectividad.
Nuestro Colegio estaba a mitad de camino. Contábamos con un sistema de audio video, instalado por la Cooperadora 5 años antes, que necesitaba una revisión. Suponíamos que la comunidad tenía los dispositivos para conectarse desde sus casas, luego de la experiencia del año anterior y de la campaña de donación de netbooks que encaramos desde Cooperadora junto a Graduados. Pero el edificio no contaba con una infraestructura de red adecuada para cubrir las necesidades. Faltaban también, dispositivos de cámaras y micrófonos.
Por otro lado, además de todo este arsenal tecnológico, era fundamental convocar a las y los docentes, capacitarlos y contar con un equipo técnico dedicado a la puesta en marcha y el mantenimiento cotidiano de las herramientas, evacuar las dudas y actuar en caso de presentarse problemas, ya que no podíamos darnos el lujo de perder ninguna clase.
Un grupo importante de familias se acercó a la Cooperadora ofreciendo una donación de dinero para proveer las herramientas técnicas. Pronto nos dimos cuenta que este desafío que se nos presentaba sólo podía ser abordado con el compromiso y la participación de toda la comunidad: la gestión del Colegio, la Universidad, cuerpos docente y no docente, estudiantes, la Cooperadora y las familias. Desde la Cooperadora nos ofrecimos como coordinadores de los esfuerzos de las familias con el Colegio. Conformamos un grupo de trabajo que propuso soluciones concretas, realistas, y las llevó adelante, con el objetivo de implementar el streaming para la vuelta de las vacaciones de invierno.
Pronto nos dimos cuenta que este desafío que se nos presentaba sólo podía ser abordado con el compromiso y la participación de toda la comunidad: la gestión del Colegio, la Universidad, cuerpos docente y no docente, estudiantes, la Cooperadora y las familias. Desde la Cooperadora nos ofrecimos como coordinadores de los esfuerzos de las familias con el Colegio.
Fue muy importante que la Universidad, desde la Secretaría de Innovación, nos apoyara con la instalación de una red de wifi unificada. Esto nos daba conectividad de alta calidad y una conexión de fibra óptica, que a su vez enlazaba al Colegio con la red de UBA, de la cual, hasta ese momento, estábamos aislados. Además comprometió la contratación de recursos humanos para la implementación de las nuevas tecnologías.
Desde la Cooperadora nos responzabilizamos de la modernización del sistema de audio video, completando pantallas faltantes o rotas, y recableando su conexión con el escritorio del profesor o profesora. Además, instalamos soportes articulados que permitieran mejorar la visibilidad de las pantallas. En un principio, este sistema se comandaría con computadoras portátiles que el Colegio tenía en el aula tecnológica. Sin embargo, la UBA finalmente proveyó un dispositivo que convertía la pantalla en una computadora, llamado NUC, con un teclado y una cámara.
Las familias que se habían acercado para colaborar donaron micrófonos de alta calidad, y así se completó la herramienta del streaming. Sólo faltaba que el equipo docente lo comenzara a experimentar y lo hiciera propio.
Pero cuando todo estaba listo, cumpliendo el compromiso de completarlo para la vuelta de las vacaciones de invierno, ocurrió lo impensado. Un domingo por la noche, desconocidos entraron al edificio del Colegio, violentando una ventana, y robaron 17 de las pantallas del sistema de audio video, además de dos lámparas históricas de la Sala de Profesores. Nunca antes el Colegio había sufrido un ataque semejante. Lejos de desanimarnos, pusimos en marcha una campaña de donaciones. En 72 hrs. recibimos $450.000 y junto con el Colegio repusimos las pantallas en menos de una semana. Gracias, nuevamente, al apoyo de la comunidad, el primer lunes de clases luego del receso, el Colegio recibió a sus alumnas y alumnos con las 30 aulas perfectamente equipadas para iniciar esta experiencia.
Más allá de la práctica concreta de las clases por streaming a las burbujas, que tal vez no se repitan en un escenario de mayor normalidad, la instalación de esta herramienta significa para el Colegio un salto exponencial en las posibilidades de uso de las nuevas herramientas de la información y la comunicación. Alineados con los objetivos del plan TecnoCNBA, que presentamos a la gestión el año pasado, estos nuevos dispositivos y ,fundamentalmente, la nueva red de conectividad y un equipo de gente dedicado a su buen funcionamiento, permitirán hacer una gran cantidad de experiencias en el aula, desde compartir material multimedia hasta contactarse con eventos académicos que estén fuera del Colegio, tal vez en otra ciudad o país, enriqueciendo el intercambio de las chicas y chicos con esta cultura cada vez más global.
A veces, un shock externo es lo que nos da el impulso para hacer los cambios que deberían implementarse en una normal evolución de las cosas. No por eso dejemos de valorar lo conseguido. Este nuevo sistema lo debemos cuidar y hacer crecer, y exigir que siga mejorando su calidad. Nuestro Colegio, tantas veces a la vanguardia del pensamiento, se sube también ahora a la vanguardia tecnológica para ampliar su visión del mundo. Es para celebrar y por ello, como siempre, la Cooperadora se suma a los nuevos desafíos.